"MI PRIMER AMOR"
- Punto Digital
- 31 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Mi nombre es Jorge, vivo en Los Ángeles, mis padres son salvadoreños pero a causa de mi educación tuvimos que mudarnos aquí, soy un chico súper enamorado, todo en mi mundo es amor…
Nunca he creído en el amor a distancia más no sabía que a mi me llegaría, esa tarde mientras revisaba como por costumbre mis redes sociales, la vi a ella, tan perfecta, tan hermosa, con una mirada hermosa, tan brillante como la luz de las estrellas pero había un problema… Ella vivía en El Salvador, aun así decidí enviarle un mensaje, pasaron los días y no respondía, me resigne a que jamas podría tener una respuesta de ella, al día siguiente mientras estaba en clases recibí una notificación ERA UN MENSAJE DE ELLA mis ojos brillaron como nunca, estaba tan nervioso que no sabía si responderle o esperar a calmarme pero las ganas de saber mas de ella y el miedo a que no me respondiera pronto reaccionaron y abrí su mensaje decía: Hola! Me llamo Valeria, tú ¿Cómo te llamas? Y respondiÍ tan emocionado como nunca lo había hecho antes, hablamos durante un buen tiempo que no sentí cuando la clase se había terminado, la conocí tan bien en ese momento que me enamore de ella con solo tener su chat y con solo ver sus fotos para mi era la mas hermosa que había visto, me pregunto porque le había escrito y le dije que tenia curiosidad en conocerlo, que me agrado por lo graciosa que es en sus historias de Instagram y solo respondió con emojics riéndose y una hermosa fotografi de su sonrisa, -wow era tan hermosa, con el pasar del tiempo nos conocimos mas mas y mas ella me contaba sus cosas, llegamos a un nivel de confianza enorme que no sentí en que momento le pedí ser mi novia, y respondió SI un 14 de octubre el mejor dia de mi vida, hablando un dia ella me dijo que necesitaba sentir mis brazos que a veces se sentía triste por no poder tenerme cerca, esa noche saque mi portátil al patio de mi casa y bajo la luz de las estrellas le prometí que pronto llegaría en el momento menos previsto y la abrazaria con tanto amor que jamas se olvidaría, desde ese momento no olvide mi promesa y comencé a trabajar con coas pequeñas para poder viajar y cumplir mi promesa, pasaron los días y ella ya no mencionaba nada sobre la promesa y cuando menos me di cuenta tenia suficiente para ir a verla, compre el boleto en línea y sin decirle nada a ella solo le comente que tenia mmucha tarea y que por un dia no podríamos hablar, menti, era una excusa para poder ir y tomar mi vuelo, llegue ya estaba en El Salvador y le escribi y le dije que tenia muchas cosas por hacer y ella me dijo que estaría en un parque cerca de su casa con su perrito y me despedi, tome un taxi y fui a buscarla, llegue al parque y allí estaba ella tan hermosa como siempre y la abrace, ella volteo y me vio directo a los ojos, su mirada estaba llena de lagrimas de felicidad era hermosa aun cuando lloraba, nos dimos nuestro primer beso y abrazos que obvio no faltaron… tuve que regresar a mi casa ya no podía perder mas clases pero le prometi que haría los esfuerzos necesarios para regresar y poder verla, paso el tiempo y la relación cada vez se hacia mas difícil ya no pude viajar tanto y ella conocio ha alguien mas sabia que era feliz y eso estaba bien para mi, un dia hablando me confeso que sentía algo profundo por esa persona y le dije que todo estaba bien que fuera feliz y que le agradecia por lo feliz que me había hecho en todo ese tiempo, la amaba y verla feliz aun si no fuera con migo me hacia bien, su felicidad era la mia, fuimos amigos un tiempo hasta que decidi alejarme por mi bien, ella era feliz y yo ya no pertenecia a ese lugar, al tiempo me di cuenta que se había casado que era feliz y tenia un hijo hermoso, no la odio, como odiar a la que fue mi primer verdadero amor, como odiar a alguien que me dio tanta felicidad?.
Agradécele a la vida por las personas que llegan a tu vida y agradece por las que se van también, pero mas agradece por las personas que en verdad dejan huella en tu corazón, esos son los mejores recuerdos y lo que en verdad valen la pena.
Autor: Katherine Olla

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